La actriz Iris Ruiz habla con '14ymedio' sobre el monólogo que las autoridades le impidieron interpretar la semana pasada en la galería independiente El Círculo, en La Habana
La Habana |
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Iris Ruiz no entiende aún la represión alrededor del monólogo Psicosis que el pasado miércoles pensaba interpretar en el Festival Poesía Sin Fin. "Si el Gobierno tiene todos los teatros del país, ¿por qué le preocupa una obra a la que no van a asistir más de 40 personas?", se pregunta.
La intérprete de 37 años, graduada en la Escuela Nacional de Arte y madre de seis hijos, cuenta en conversación telefónica desde su residencia en Alamar que la puesta en escena, programada para la galería de arte independiente El Círculo, está basada en un texto de la británica Sarah Kane y llegaba al alternativo escenario habanero de la mano del joven director Adonis Milán.
La pieza, una de las últimas creadas por la autora británica, aborda el suicidio y lo que pasa por la mente de una persona en el momento previo a quitarse la vida, cuando se hace difícil separar lo real de lo imaginario, los recuerdos de lo fantasioso, los sueños de la pesadillas.
La tasa de suicidio en Cuba, de 8,3 por cada 100.000, es la segunda más alta de América Latina, pero esa no parece haber sido la razón para que la Seguridad del Estado detuviese a al menos seis artistas que participaban en la obra o asistían como público tras una intensa redada en la galería. Ruiz estuvo entre los trasladados a una estación policial.
La actriz aseguró encontrarse muy tranquila a pesar de ser la primera vez en su vida que era arrestada, ya que estaba convencida de no haber cometido ningún delito.
A los oficiales que la interrogaron durante esas horas les aseguró que no podían impedirle ejercer la profesión de la que se graduó en una escuela nacional, "No me pueden prohibir trabajar porque yo soy actriz. Estoy capacitada para hacer teatro lo mismo en la calle que en una estación de policía", agregó. Ruiz cuenta que, en el momento del arresto, la bloguera Lia Villares bajó de su casa, sede de la Galería El Círculo, para ver qué estaba pasando en la calle, entre la policía y los invitados que iban llegando.
Villares repartió el programa de la obra, donde se explica su contenido, y algunos que no podían entrar desafiaron a la policía y la Seguridad del Estado pidiendo a gritos que se representase la obra en la entrada de la casa.
La artista explica que seleccionó el monólogo precisamente porque desde el principio creyó que cualquiera que viva en Cuba podía identificarse "con cada uno de los parlamentos que se dicen en la obra". Por eso considera que vale la pena volver a intentar ponerla en escena en cualquier otro espacio, porque la obra "trata de eso mismo, de la psicosis en la que estamos todos encerrados aquí en la Isla. El personaje que protagoniza la obra no tiene nombre y no tiene sexo ni edad, es una mente que vive lo mismo que vivimos cada día en las calles", añade.
Ruiz relata que ya había habido problemas con la Seguridad del Estado, que impidió algunos de los ensayos, pero fue finalmente la tarde del estreno cuando un oficial intentó convencerla de que se retirase del lugar, llamó a un policía y, ante el empeño de ellas de representar la obra, resolvieron llevarla junto a Villares a la estación.
Varios ensayos de la puesta en escena se frustraron porque la Seguridad del Estado lo impidió pero "algunos se pudieron hacer", cuenta.
Finalmente la tarde del estreno un oficial vestido de civil intentó convencerla de que se retirara del lugar. Ante el empeño de ambas de seguir con la función, llamó a la policía para que las llevara a la estación.
"Al llegar nos metieron en dos cuartos pequeños que estaban uno al lado del otro pero, cuando se dieron cuenta de que podíamos comunicarnos, me llevaron para el ala opuesta de la estación", recuerda Ruiz.
"Me repetían una y otra vez que Lia estaba conectada directamente con terroristas e insistieron que en ese espacio no podían permitir que se hiciera nada porque allí hace poco "querían hacer una obra donde matan al Comandante en Jefe [y] quieren derrocar la Revolución".
Estas cosas evidentemente les hacen daño, pero vale la pena porque nos benefician a nosotros como pueblo, como nación y como personas que necesitamos liberarnos", considera la actriz.
Por ello, Ruiz está convencida de que la pieza terminará representándose en cuanto tenga un espacio en el que hacerlo. "Cuando se presente la próxima oportunidad voy a hacer Psicosis aunque sé bien que ellos no quieren que estas cosas sucedan".
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